Reseña: Encerrado.

Tiempo aproximado de lectura: 5 min.

Título: Encerrado.
Autor:  Francisco Miguel Espinosa.
ASIN:   B00B9L8FSI
No. de Páginas: 229
Disponible en: Amazon.es y Amazon.com

Sinopsis:

Derek vive encerrado en una cárcel de la que no puede huir: en sí mismo, en su infancia infeliz, en una vida insustancial que odia, en un presente sin esperanza. 

Acosado por los sentimientos de abandono y culpabilidad, Derek optará por la versión de encierro más liberadora: ajustar cuentas con los asuntos pendientes del pasado, aunque esto le conduzca al encierro más radical de todos. 


Primera novela del joven autor Francisco Miguel Espinosa (Alicante, 1990), autor de XXI (Ediciones B); publicada originalmente en 2009 por Editorial Atlantis, escrita con apenas diecinueve años. Destaca la influencia de autores como Palahniuk en el retrato de personajes insatisfechos e infelices de agresividad autodestructiva, a través de una narrativa rápida e impactante. 


Esta segunda edición conserva el texto original, e incorpora como extras una nueva portada del diseñador Alejandro León y contenido inédito: "Making of: otra vez encerrado".


BIOGRAFÍA DEL AUTOR


FRANCISCO MIGUEL ESPINOSA


Alicante (1990). Publica su primera novela a los 19 años, Encerrado (Ediciones Atlantis, 2009, reedición digital 2013), además ha publicado la novela XXI (Ediciones B, 2011), el relato El camino de la miseria (Carne Nueva, Ed.Tusitala, 2012) y diversos relatos en las revistas Almiar, DeGlozer y Action Tales, y en diversas webs especializadas. Ha ganado el primer accésit de relato corto en el XIV Certamen Arte Joven Latina (2009), siendo el ganador más joven de las tres últimas ediciones, y el primer premio finalista de relato corto del XX Certamen Literario El Fungible (2011),entregado por Luis Mateo Díez, miembro de la RAE siendo su relato Malos y Cobardes alabado por el jurado publicado en la antología del premio (Edición del Ayto. Alcobendas, 2012). Actualmente estudia un Máster en Escritura Creativa en la escuela Hotel Kafka de Madrid. Es co-fundador de la web literaria www.paraiso4.com.



     Siempre he estado de acuerdo con esa frase de José Saramago que dice: "Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay".  Claro está que aquellos que no están bajo la influencia de esas sustancias que provocan que todo se vea bajo un velo de color rosa (las cuales de seguro pululan en el ambiente de los autores que se llenan los bolsillos produciendo libros de autoayuda) o que no temen expresar su enojo y decir lo que les repulsa, tarde o temprano, gracias a su inconformismo, sufrirán un cambio en su vida sin importar que sea a un estado mejor o peor.  Y claro, estos personajes que no creen en la felicidad, que le escupen en la cara a los convencionalismos, que ven la vida como si fuese una broma de mal gusto, que dicen verdades que pocos soportan oír (por temor a que tengan razón) y que se quejan hasta el hartazgo de todo lo conocido causan repulsión en algunos y fascinación en otros.  Yo soy de los segundos, y por lo mismo me encantan las novelas con personajes desbocados, resentidos y autodestructivos (mas no vacíos, sino todo lo contrario)  que te ponen a pensar. Se aprende mucho más de ellos que de los que osan decirte cómo debes vivir si quieres ser feliz. Leer la vida de estos “perdedores”, cuya percepción de la realidad es más auténtica que deprimente,  que en vez de empeñarse en realizar hazañas o engrandecer virtudes son pragmáticos y se dedican a sobrevivir porque no tienen otra opción, es como recibir terapia de choque. A veces solo con ellos y con sus historias podemos proyectar nuestra ira, gritar lo que nos molesta, moler a golpes a alguien, hundirnos en algún exceso, suicidarnos y deprimirnos sin experimentar culpa. Son la representación de los límites que quizá jamás nos atreveremos a cruzar pero que cuando nos asqueamos de la sociedad las ganas no nos faltan. 

     Para mí, todo lo anterior tiene cabida en un género literario muy específico: el realismo sucio.  Aunque no me considero experto en ningún tipo de literatura, considero que Encerrado encaja muy bien en esta clasificación.  No he leído a todos los autores consagrados de este género, como al famosísimo Chuck Palahniuk (aunque de él tengo suficientes referencias como para darme cuenta que dentro de la novela se le rinde tributo en más de alguna forma),  pero sí que he leído a Henry Miller, a Charles Bukowski,  a Raymond Carver y a Fernando Vallejo (este último es un colombiano brillante que algunos han puesto en este conjunto).  Menciono esto para que los que estén familiarizados con estos autores y algunas de sus historias, tengan un norte de lo que se van a encontrar en Encerrado,  y en un nivel que, a mí gusto, está muy por encima de lo simplemente aceptable. De hecho, la novela me ha parecido sobresaliente. 

     Encerrado está narrada en primera persona.  Se trata de la historia de Derek, un joven inteligente que se subestima en demasía (pues por la forma en que se expresa se le percibe bastante inteligente y no se le cree, a pesar de que él lo niega, que no le gusta leer) y que se ha convertido en un energúmeno misántropo, anegado en la distimia como consecuencia de una vida infructuosa y otro montón de infortunios, que él va develando poco a poco, y que sufre de lo que podría llamarse una anhedonia sin sosiego. Al principio de la historia Derek nos envuelve con su filosofía y con su punto de vista de ver las cosas, las personas y principalmente la vida. Esta etapa inicial es un poco desconcertante, causa incertidumbre y no nos da la más mínima pista de lo que sucederá. Terminamos tan perdidos como se siente él.  Desde aquí comenzamos a acostumbrarnos a las reflexiones del protagonista que aparecen durante toda la novela. Dichas reflexiones rezuman de emoción y en su mayoría son buenas puntadas, casi bofetadas que nos muestran la cruda realidad.  El siguiente fragmento sirve de ejemplo:

     “No formo parte de un ejército, no intento liberar a nadie ni me defiendo. Lucho porque la vida puede conmigo. Porque la vida siempre puede con nosotros. Porque la muerte está tan segura de su victoria que te da una vida de ventaja”.  

     En el devenir de sus desventuras,  bebiendo solo en un bar, Derek conoce a Chuck, un veterano lisiado de la guerra del Golfo Pérsico, de quien se hace amigo sin desearlo mucho, y juntos comienzan a salir y a compartir.  Más tarde van apareciendo nuevos personajes con los que Derek interactúa, nos enteramos sobre cosas de su pasado, descubrimos parte de su humanidad y algunas de las razones claves de su resentimiento. Lo anodino poco a poco se va haciendo importante y la historia toma giros insospechados. Acción, muertes, misterio, verdades incómodas, despliegues de locura.  Un poco de todo. El ritmo se pone muy variable pero nunca decae demasiado como para que se pierda el interés de lo que sucederá. El estilo del autor sobresale muchas veces, y hay escenas muy bien descritas. 

     La resolución, para mi gusto, un poco brusca, pero convincente. Un personaje del último tercio me pareció demasiado icónico al principio, tanto que me descolocó, pero al final terminé masticándolo y entendí su función cuando cumplió sus objetivos. Las constantes quejas de Derek pueden llegar a colmar al lector en ocasiones, porque ya sabemos demasiado sobre cómo se siente, la culpa que acarrea y lo que le disgusta. 

     Conclusión: si comparamos una buena historia con un buen caldo, diría que la receta de Encerrado se pasa de ingredientes. Quizá algunos de estos fueron agregados de manera experimental o efusiva, y se puedan tachar de innecesarios, pero al final no arruinan el buen sabor que el caldo nos deja. No es una novela perfecta, pero entretiene y sorprende. Para mí es buena porque, tal como dije antes, está muy por encima de lo que considero promedio.  Sinceramente, me gustó mucho más de lo que me pude imaginar.  

     Algo a destacar es que el autor, Francisco Miguel Espinosa,  escribió esta novela a los 19 años. Este dato es el que le da valor extra a la obra, pues la historia convence y está lo suficientemente bien escrita como para despertar la admiración y la envidia de muchos autores...incluyéndome.  Confieso que cuando me encontré con fragmentos que me gustaron como el que cité, en más de alguna ocasión, al menos mentalmente, dije: “¡Qué patojo (muchacho o joven) más cabrón (bueno o habilidoso)!”.

     La primera edición de Encerrado se publicó en papel en octubre de 2009.  Esta nueva edición electrónica supuestamente solo tiene de diferente la portada y la dedicatoria y una sección de Making of, al final, que no tiene desperdicio. Me alegra que la obra cuente con esta segunda oportunidad, porque merece pena.

4 comentarios:

  1. Suena interesante tanto porque es un género en el que siempre se encuentran 'joyas entre el fango' (y me refiero al fango de las historias relatadas, no a su calidad), como por la juventud del autor. Lo único que quiero señalar es que me pareció que pudiste haber escogido alguna otra frase que te impactara del libro, porque la que pusiste de ejemplo es una frase común: http://bestdemotivationalposters.com/death-victory/

  2. Muchas gracias por el comentario, Alfonso, me alegra que te haya parecido interesante. Pues sí, diría que esta novela es una joya en el fango, tal como tú la describes. Y con la frase, tienes razón, a lo mejor a algunos les parecerá simplona o común; a mí, en lo personal, me gustó, quizá porque no la había oído antes o porque la vi en otro lado escrita de otra forma. Al principio subrayé algunas, luego lo olvidé y me dediqué a disfrutar de la historia. De que pude haber elegido una mejor, sin duda, porque a la obra le sobran, te aseguro que basta con leer los primeros capítulos para encontrar varias. Saludos.

  3. Alejandra dijo...

    Yo también escogí esa frase como una de las que más me gustó del libro. Y sí, efectivamente en un principio fui subrayando cosas y acabé olvidándome de seguir haciéndolo. Me dejé llevar.
    Lo de "¡Qué patojo más cabrón!" ha sido un puntazo.

  4. Me alegra encontrarme con alguien más que disfrutó del libro. Gracias por tu comentario, Alejandra. Bienvenida.

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